La diabetes y el agotamiento emocional que conlleva: ¿por qué es normal y cómo lo podemos trabajar?
La diabetes va donde tú vayas. Está ahí cuando te levantas cada mañana, cuando te haces el desayuno, cuando estás de camino al trabajo, cuando hablas en público, cuando vas de camino al gimnasio, cuando comes y cuando te vas a dormir. También te levanta de madrugada si necesitas comer y cuando estás sediento.
La diabetes necesita ser cuidada todos los días y a todas horas. Si la ignoras, llamará tu atención. Y no, no me refiero a un recién nacido. Al menos los bebés duermen a ratos y te dan un poco de descanso. Pero ¿la diabetes tipo 1? No, de eso nada, tienes que estar pendiente de ella las 24 horas del día.
A pesar de que algunos de nosotros vemos que es algo obvio, la diabetes tipo 1 conlleva un esfuerzo de trabajo y de responsabilidad constante. Hay días en los que nos seguimos sorprendiendo cuando nos encontramos con menos energía y menos fuerza para afrontarla.
El agotamiento emocional viene en todos los tamaños y formas…
Cuando escuchas la frase “agotamiento emocional” probablemente pienses en su versión más extrema: cuando algunas personas a propósito se administran insulina para sobrevivir, sin comprobar su glucosa desde hace semanas. El agotamiento viene en todas las formas y tamaños por distintas razones.
Quizás estés cansado/a de la diabetes debido a que tus niveles de glucosa en sangre siguen bajando a pesar del esfuerzo que has estado haciendo durante los 3 años que la tienes y te desespere que ninguno de los cambios funcione.
O quizás simplemente estás cansado/a ya de contar carbohidratos, del equipo de infusión, de números, de bajadas, de subidas y de monitorizar continuamente la glucosa que te levanta a las 3 de la mañana cuando en ese momento lo único que te importa es dormir.
La manera de expresar el agotamiento podría manifestarse de cualquier manera. Como por ejemplo, negarte a continuar gestionando tus niveles de glucosa en sangre debido a que estás destrozado emocionalmente.
A continuación, tienes algunas maneras de cómo podrías expresar el agotamiento emocional:
- Mintiendo a tus padres acerca de tu glucosa en sangre para no tener que lidiar con su preocupación.
- Comer todo lo que quieras sin tener en cuenta qué podría hacerle a tu glucosa en sangre.
- Beber alcohol, bebidas gaseosas etc. Porque ya no te importa más.
- Contemplar la idea de darte por vencido completamente.
- Administrarte la insulina suficiente como para salir del paso cada día.
- Poner tus niveles de glucosa altos adrede, porque el estrés que sufres con los niveles bajos de glucosa son demasiado para manejarlos.
- Ignorar la cuenta de carbohidratos e inyectar la insulina cuando lo necesites en dosis aleatorias, porque prestar atención a los detalles más pequeños ya es demasiado.
- Evitar medir tus niveles de glucosa o inyectarte la insulina delante de los compañeros de clase o de tus amigos porque estás cansado de sentirte o de ser “el enfermo”.
- Evitar tomar fruta y verduras porque sabes que son buenas para ti, pero al mismo tiempo, también estás cansado de que todos te digan que seas “el perfecto diabético”.
- Llorar al final de cada día cuando estás solo porque el peso de la diabetes es mucho para lo que estás acostumbrado.
- Continuar haciendo lo que “se supone que tienes que hacer” pero tener miedo cada mañana a lo que pueda pasar y sentirte avergonzado por pedir ayuda.
De hecho, a veces el agotamiento/desgaste es debido a intentar ser “perfecto/a” para complacer a tú pareja, amigos, familia o a tus médicos. Otras veces, el agotamiento es simplemente el resultado de vivir con la diabetes.
Pedir ayuda es la parte más difícil porque significa admitir que te has dado por vencido/a y que la diabetes ha ganado.
5 pasos para trabajar el agotamiento (en lugar de esconderlo)
1. Admítelo. Este primer paso suena simple, sin embargo, es lo más difícil. Admitirlo significa reconocer la lucha y pedir ayuda y eso no es nada fácil.
Estamos tan ocupados tratando de hacer frente a la diabetes, intentando complacer a los médicos y a nuestra familia que no sabemos realmente como nos sentimos. Sentir el “agotamiento” significa estar bien con ella. Significa darte permiso a ti mismo para sentirte de esa manera.
Si estás enfadado/a, cansado/a o triste por tener que hacer frente a la diabetes diariamente, date la oportunidad de sentirla. Mientras estés cuidando de tu diabetes para estar sano/a (que no significa estar perfecto/a) y estés lo suficientemente saludable para no acabar en urgencias, te mereces sentirte agotado. ¡Cualquiera con cualquier tipo de diabetes tiene derecho a estar cansado/a de ella!
2. Date a ti mismo un plazo. El siguiente paso consiste en crear un plan para superar fácilmente ese estado emocional. Es importante conocer cómo te sientes y saber que no es saludable estar en ese “modo” para siempre. Pregúntate “¿cuánto tiempo voy a estar así?” puede que necesites una semana, quizás dos o incluso 3 meses.
Puedes pensar en cómo llevar de una manera más constructiva el “estado de agotamiento”. Este paso no es sobre cómo hacer cambios en cómo llevas la diabetes, sino en cómo hacer los cambios en otras partes de tu vida para aligerar la carga haciendo más hueco al funcionamiento de la diabetes.
Si eres un padre ocupado, puede que aligerar la carga signifique contratar a alguien para que se encargue de limpiar tu casa una vez a la semana, al menos para unos pocos meses. O quizás eres un universitario y tienes dos trabajos, podría ser tiempo para tener más concentración en la universidad y en la salud. O quizás estás en un trabajo que odias, que te absorbe y en el que no paras de trabajar, lo que afecta a tu diabetes.
3. Ponte metas de nutrición y ejercicios que sean alcanzables. Una de las principales razones por las que nos sentimos así es porque sufrimos presiones constantemente que giran alrededor de la comida y el ejercicio. Nuestro entorno se empeña en decirnos cómo tenemos que comer. (Nota para ellos: ¡ellos tampoco deberían comerse ese donut!)
Pasar de estar en un estado emocional de agotamiento a ser el perfecto gurú de la nutrición y del ejercicio no es realista, normalmente se fracasa en el intento. Por lo que, hay que estar listo. Una vez preparado, elige algo para hacer, quizás irte a andar o ir al gimnasio, comer saludablemente y limitar la ingesta de azúcar etc. Meses después puedes incorporar un nuevo hábito a tu evolución.
4. Ponte metas de glucosa en sangre. La idea de crear nuevos hábitos simples, especificos y pequeños son importantes para el funcionamiento de tu glucosa en sangre. No intentes ser el perfecto diabético. En su lugar, piensa en algo que puedas empezar a hacer para mejorar tu glucosa en sangre, como por ejemplo, mirar tus niveles de glucosa cuando te levantes todas las mañanas, dosificar tu insulina cuidadosamente a la hora de cenar para que tu glucosa esté controlada mientras duermes.
5. Reconoce tus méritos y cree en ti mismo. Esto no es fácil. Aunque todo esté calmado y tu glucosa en sangre sea casi perfecta significa que estás trabajando duro. Reconoce todo lo que haces todos los días, vivir con diabetes tiene mucho más mérito que lo que cualquier persona pudiera entender.
Te mereces sentirte agotado, así que, respira profundamente y acuérdate de que no eres el único en este planeta que tiene un páncreas diferente.
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Las opiniones e impresiones expresadas en este testimonio y este artículo representan las del paciente entrevistado y no reflejan necesariamente la posición ni las afirmaciones sobre el producto de Medtronic. El paciente no ha escrito este artículo bajo ninguna obligación o expectativa de uso, promoción o compra de los productos de Medtronic. El testimonio del paciente no contiene toda la información necesaria para el cuidado y el tratamiento de los pacientes con diabetes. Por tanto, la información que aquí se presenta no debe tomarse como base para la creación de un programa de tratamiento completo ni para el tratamiento de los pacientes con diabetes.